El clavo es una flor de planta aromática que se seca al sol antes de abrirse. Da un potente aroma a los platos, por lo que se debe utilizar en pequeñas proporciones. Aporta un sabor acre, dulce y un toque picante. Se utiliza en guisos, sopas, carne de cerdo y jamón, arroces, purés de legumbres, escabeches, bebidas y licores. También en la repostería, como en la elaboración de galletas, o infusiones tradicionales de Navidad.