Recolectadas durante las primeras mareas del otoño, cuando alcanzan su óptimo tamaño y sabor, constituyen uno de los manjares más selectos que pueden ofrecer nuestros mares.
Envasadas manualmente, al natural sin colorantes ni conservantes, las almejas blancas son las reinas de su especie, por su delicadeza, de textura suave y sabor exquisito.